En mi carácter de
abogado de un grupo de querellantes estafados por José Eduardo Belmar Barrera
me dirijo a otras personas que hayan sido víctimas de la misma estafa a fin de
solicitarles se presenten a formular las denuncias correspondientes, adjuntando
la documentación que tengan, ante la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción Nro. 32
de esta Capital, ubicada en la calle Tucumán 966, 10 mo. Piso. Se deben
presentar en el expediente “Belmar Barrera, José Eduardo s/ Averiguación
Estafa”, expte. Nro. 5.420/2011.
Desde hace años,
José Eduardo Belmar Barrera, más conocido como Eduardo Belmar o por su apodo de
“El Chileno”, lleva adelante lo que se conoce como “estafa piramidal” o esquema
Ponzi del cual a la fecha, en que sigue operando, han sido víctimas miles de
personas, la mayoría de ellas personal de la Policía Federal Argentina y
otras fuerzas de seguridad, además de familiares de efectivos policiales,
amigos o allegados a ellos. El epicentro fue la Comisaría 47 de la Capital Federal y
desde allí se extendió por toda la estructura de la PFA. Belmar obviamente
no actuó solo y de las pruebas reunidas se desprende que la cúpula de la Policía Federal fue, en
realidad, la que controló el esquema estafatorio durante su etapa de mayor
auge. Ahora, próximo a su fin, solo Belmar queda para hacerse cargo de las
responsabilidades, por lo menos hasta ahora.
Belmar se presenta
como un “inversor de bolsa” prometiendo enormes ganancias a través de tasas de
interés, en dólares de los EEUU, verdaderamente imposibles para el mercado, que
van, por ejemplo del 130 al 150% semestral, reitero, en dólares de los EEUU..
Miles de personas por ingenuidad, desconocimiento, necesidad o desesperación le
han entregado, a lo largo de años, miles de dólares. Con excepción de una
minoría estricta, que a la larga se transforma en una suerte de socio de Belmar
en la estafa, la gran mayoría de los “inversores” no recupera nunca su dinero.
Las excusas de
Belmar para no pagar cuando se cumplen las fechas de vencimiento son siempre
las mismas. Utiliza cualquier hecho de la vida política, económica y social
nacional o internacional, incluso catástrofes naturales, para justificar el no
pago. Así por ej. la crisis del campo en Argentina, la crisis económica en EEUU
o Europa, el tsunami en Japón, etc… En los últimos años, desde que comenzó la
causa judicial en su contra dice que no puede pagar porque la justicia le
secuestró sus computadoras. Las huelgas policiales, los saqueos a comercios.
Todo “sirve” para que Belmar no pague. Sus explicaciones, por supuesto, son
falsas y forman parte del fraude.
Muchos,
esperanzados en que algún día Belmar les pague, esperan durante años, otros
quizás no quieren aceptar haber sido estafados o se dejan engañar más aun por
los falsos rumores de que “alguien”, que generalmente no conocen, “cobró”. Lamentablemente el sistema está
construido por el estafador para su beneficio y no para el de los supuestos
inversores que, en realidad, no son otra cosa que víctimas.
Como dije, la
estafa llevada adelante por Belmar es de las denominadas estafas piramidales o
esquema Ponzi. Muchos casos se han dado en el pasado en el país y en el
extranjero. Es un tipo de estafa clásico. El último caso, y quizás el más
emblemático, fue el de Bernie Madoff en EEUU..
Una estafa piramidal es aquella en la que no existe una
actividad o inversión real que la sustente, sino que los “beneficios” de
unos “inversores” se pagan directamente con el dinero que “invierten” otros
“inversores”. Es decir, con el
dinero de los últimos que entran en el sistema se paga a los que entraron
primero. Estas empresas o personas, no invierten el dinero en las inversiones
que dicen hacerlo, simplemente se dedican a dar el dinero de los nuevos a los
antiguos “inversores”, quedándose con una parte. Inicialmente el sistema
funciona porque al principio entra poca gente y eso hace que haya más
“inversores” nuevos que antiguos, lo que permite que con el dinero de muchos
(los nuevos) se le pueda pagar a unos pocos (los antiguos) el dinero que
pusieron más los “beneficios” prometidos. Pero a medida que va creciendo el
sistema se acerca su final, ya que llega un momento en el que ya les resulta
muy difícil engañar a gente nueva y eso hace que los nuevos no sean “muchos”
sino “pocos” en comparación con la gente que tiene que empezar a cobrar en el
futuro cercano. Llegado ese momento crítico las personas que montaron el
sistema, que ya se apoderaron de todo el dinero posible, desaparecen y ya nadie
más recupera siquiera el dinero que ingresó al sistema.
Algunas características
útiles para identificar una estafa piramidal son:
1.- Siempre hay algunas personas que cobran lo prometido. Este punto es muy importante porque mucha gente cree que la prueba de no
estar ante una estafa es que conocen a alguien que ha cobrado. Si nadie cobrase
los estafadores se llevarían poco dinero, sólo el de los primeros que entrasen
al sistema. La mejor forma de agrandar la burbuja es pagar lo prometido a los
primeros, que se encargarán de contarle a todos sus conocidos la forma tan
fácil que han encontrado de ganar grandes cantidades de dinero sin hacer nada.
Así la burbuja crece a gran velocidad y aumenta de forma exponencial la
cantidad de gente que entrega su dinero a los estafadores. Para los estafadores
es muy rentable pagar a los primeros, aumentar la burbuja a la mayor velocidad
posible y desaparecer con el dinero de muchos, ya que consiguen hacerse con
cantidades muy superiores a las que conseguirían si no pagaran a nadie.
2.- Las rentabilidades
que se prometen son altísimas, este es un
aspecto central del engaño. Si un banco paga un 16% anual por sus depósitos poca gente le va a dar
el dinero a un desconocido para ganar un 20%, ya que el riesgo no merece la
pena. Pero si lo que se ofrece es un 130% mucha gente calcula las ganancias
posibles, a las que se puede acceder aparentemente sin ningún esfuerzo, y cae
en la trampa.
3.- Las rentabilidades se presentan como seguras: Las rentabilidades altas, aunque jamás tan altas como las que
se prometen aquí, se pueden conseguir operando en el mercado de divisas,
acciones, petróleo, etc. pero nunca se pueden garantizar. Aquí es todo lo
contrario “el grupo inversor”, que nadie conoce y que no existe, es la
“garantía” de cobrar los intereses y recuperar la inversión. Todo falso.
4.- El que controla la pirámide ofrece un porcentaje del dinero que coloquen en
el sistema aquellos conocidos o amigos a los que consigan convencer las
personas que ya están dentro del sistema. Esto también es muy importante. Con eso consiguen varias cosas. Por un
lado las personas que ya están en el sistema agobiarán constantemente a todos
sus conocidos y amigos para aumentar aún más sus ganancias y aumentar la
burbuja con mayor velocidad. Por otro lado es más fácil que la gente entre al
sistema, ya que mucha gente puede hacer caso al consejo de su familiar o amigo
y entrar en la burbuja (especialmente si ese familiar o amigo ya ha cobrado, lo
cual consideran prueba irrefutable de que están ante algo serio como he comentado
antes), pero esas mismas personas no ingresarían si la “inversión” se la
planteara un desconocido.
5.-Todo funciona “normalmente” (como se había
prometido) hasta que la
cantidad de gente que ingresa a la pirámide comienza a disminuir –cada vez es más
difícil engañar a nuevas personas-, de manera que ya no es posible seguir
pagando a algunos de los viejos con los nuevos, cada vez más reducidos en
número. Entonces se precipita el final en el que normalmente los creadores del
sistema desaparecen con todo el dinero y ya nadie más volverá a cobrar ninguna
cantidad dentro del mismo. A partir de allí solo queda denunciar judicialmente
el caso y esperar tener éxito en esa denuncia. El último paso, desaparecer, es el que le falta cumplir a Belmar
Barrera, por eso hay que avanzar en la causa judicial antes de que lo haga o se
insolvente por completo.
No tengo dudas
que leyendo el párrafo anterior si usted es uno de los “inversores” de Belmar
verá gran similitud con lo que le ocurrió a lo largo de años o meses. El
sistema es muy perverso y especula siempre con la esperanza de poder cobrar,
reitero, eso no existe, el único camino que queda es formular la
correspondiente denuncia ante las autoridades correspondientes para tratar de
recuperar el dinero entregado y evitar que esta persona continúe estafando a
otros como lo sigue haciendo actualmente.
Sin más y a su
disposición para cualquier ampliación o aclaración de lo expuesto, saludo a
usted atentamente.
Marcelo
Parrilli
Abogado
Tel.:
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